El perro negro
Vaciarme
con los ojos abiertos
o los nervios
frágiles
da lo mismo
He pasado
de comer con los puños
a querer las vértebras
rodeadas
de arena
Vivo
en la fracción de mi cuerpo
donde ya no sé
si soy carne
o nada
Las caderas
crecen hacia los lados
para alimentar la tierra
con mi sangre
Una luz tenue
se inclina
me deja ver
las arrugas
que mi dedo índice
ha hecho
al sumergirse
en el mundo
Cortando el aire
reúno mis tendones
que escalan su espiral
hacia la boca
del tigre
Y es
en este arrebato
sobrehumano
que aparece
frente a mí
un perro
vagabundo
con un trozo de pan
en el hocico.
La mosca
Cuando era niña
las viejas del barrio
solían decir
que si una mosca
volaba dentro de la casa
durante la noche
era que alguien
se iba a morir
Desde entonces
me asusta verlas
o peor aún
escuchar su zumbido
en la oscuridad
Un día
recién comenzados
mis ocho años
una mosca
rozó mi cara
rozó mi cara
(el cielo
había perdido ya
el color lila del ocaso)
Respiré profundo y pensé
me voy a morir
Desde entonces
cada mañana
observo mis manos
y me pregunto
cuándo se pondrán
como las de mi abuelo
tiesas
heladas.
Melissa Allemant. 1981. Lima, Perú. Actriz, poeta y comunicadora social. Inició su formación artística a los 15 años. Su faceta literaria comienza en el 2001. Dos años después, recibió el primer premio en los Juegos Florales de Poesía La casa de Cartón por su poemario Desdoblamientos, organizado por La Universidad de Lima, su casa de estudios. Ha representado al Perú en los festivales internacionales de poesía de Guatemala, Puerto Rico (2009), Panamá (2010) y Costa Rica (2011). Estudió teatro con maestros de Chile, Cuba, Estados Unidos, Korea, México, Nicaragua y Perú. Como actriz ha trabajado en su ciudad natal, Guatemala y Costa Rica. El 2011 publicó el poemario La noche abundante (Lustra editores). Actualmente radica en Costa Rica donde trabaja en preparación de comunidades vulnerables frente a desastres con la Cruz Roja Internacional.
Contacto:
https://www.facebook.com/melissa.allemant
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23 comentarios:
el zumbido de la muerte. basta afinar el oído para escuchar su rumor. por eso los humanos generamos tapones naturales de cera. para no volvernos completamente locos. magnifico ese segundo poema. me encantó.
Rescato El perro negro
un hermoso poema, cautivante y profundo.
Saludos
Me gustó mucho esta poética.
Resalto un error de tipeo en el poema "la mosca", donde dice "o pero aún" sospecho que debe decir "o peor aún".
Abrazos.
Una poeta poco conocida en el medio, pero de una poesía q nada tiene q envidiar a tantos noveles del verso empeñado q pululan por el medio.
Qué gran banco de poetas tu blog, es de agradecer.
Abrazos.
Como dicen, no tiene nada q envidiarle a tanta Podestá, Cabel o Llamoja q anda suelta.
Saludos :P
Lindo o que escreveu!!
Obrigada pela visita e muito bem vindo ao meu blog!!
Boa noite!!
Carla Fernanda
Intenso "El perro negro", especialmente el segundo párrafo.
debo decir que me gusta, sí, pero no me mata...
no sé, le falta algo, siento.
De todas formas no dejo de reconocer que es bueno lo que leí!
un abrazo
Tiene metáforas casi surrealistas. Me ha gustado sobre todo el segundo poema LA MOSCA.
Kat
Definitivamente me gusta su poesía, es guapa además.
Kisses ♥
he pasado
de comer con los puños
a querer las vértebras
rodeadas
de arena
la imagen que proyecta estas palabras!
qué buenas recomendaciones =)
sin poesía, ¿qué seríamos?
Intenso “el perro negro”, y “la mosca” incita a esa profunda reflexión que parece tememos pensar…
Me gusta! ;-)
Gracias siempre por compartir amigo…
Bsos…
Aprecio dentro de sus devaneos lírico-proféticos, la crudeza de su realismo para afirmar versos como:
"Desde entonces
cada mañana
observo mis manos
y me pregunto
cuándo se pondrán
como las de mi abuelo
tiesas
heladas".
Estupendos los versos...
Saludos!
Buena poesía por aquí.
Slds.
Cuto
Estuviste a punto de conmoverme pero una mosca aquieto esa emoción inicial.
Creo q sería bueno leer por lo menos un poema más de cada autor para poder dar una mejor opinión.
Saludos.
Excelente poeta. Me quedo con "la mosca", ineludible poema.
Saludos.
Bellos versos para detenerse un ratito y saborearlos.
Besos.
Intermitente poesía cuyo discurso singular se apoya básicamente en lo anecdótico de la experiencia personal.
Gabo.
Esa tercera estrofa de Perro Negro es un mazazo, gracias por ello como siempre...
Abrazos,
Ophir
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