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Perdí una a una las velas de cumpleaños
Yo, la cara bonita,
delgada y blanda niña de ojos azules.
Mírame, sonríe para la foto.
La niña buena,
todas las niñas buenas van al cielo.
Posar para los mayores,
poner la mano para las gominolas
y los veinte duros.
Yo, la cara bonita,
la niña de las manos grandes.
La que quería ser princesa
y luego jefa de un taller mecánico.
La niña, la cara bonita.
Papá, ¿a dónde van los muertos
cuando mueren?
Los calcetines con borlones,
los zapatos de hebilla,
la niña princesa rosa egoísta,
la cara bonita.
delgada y blanda niña de ojos azules.
Mírame, sonríe para la foto.
La niña buena,
todas las niñas buenas van al cielo.
Posar para los mayores,
poner la mano para las gominolas
y los veinte duros.
Yo, la cara bonita,
la niña de las manos grandes.
La que quería ser princesa
y luego jefa de un taller mecánico.
La niña, la cara bonita.
Papá, ¿a dónde van los muertos
cuando mueren?
Los calcetines con borlones,
los zapatos de hebilla,
la niña princesa rosa egoísta,
la cara bonita.
BERCY
Desesperados buscando una mayoría suficiente. Esperar el turno. Nuestro turno.
El cielo estará nuboso y se producirán chubascos. Borrascas fuertes.
La muchacha del oeste es una niña con trenzas. Los pies colgando.
La vida pasa a un ritmo ilegítimo y ella sonríe:
la infancia es humilde e ignorante, destapa al vagabundo.
Madre, no veas en mí el llanto de los ángeles ni las hojas esparcidas del otoño.
Los rebaños se hicieron para otros: yo quise ser más fuerte.
Y alza la cabeza y abre sus ojos como quien observa el mundo
con coraje y alegría.
La niña desciende la mirada
[y sus ojos se vuelven transparentes].
Quién será ella, dentro de unos años,
en otras paradas, en otros santuarios, en otros precipicios.
En un segundo la luz se apodera de los inocentes.
Y volvemos, siempre, a comenzar.
EDGAR QUINET
Los dos. Cogidos de la mano. Intuyendo los vértigos venideros,
los congeladores vacíos, las tardes de supermercado, las noches de cine,
la rutina afrodisíaca.
Siempre hay una puerta que se abre. Otra que se encaja.
Y en el andén, mientras todos permanecemos,
ellos se separan y se vuelven los extremos del reloj. Puntuales. Modestos. Amables.
No existe el fuego donde no hay deseo. Ni estímulos primarios.
Ni compromiso estudiado. Ni intención de nada.
La mitad visible y la invisible se separan. Los amantes.
Ellos, que creyeron contar el uno con el otro,
han destrozado todas las sábanas, todos los perfumes, todas las flores.
Y han ido a parar al fondo del océano.
Han contado minutos.
Son precipicios enfrentados.
Ya son andén. Ya son distancia.
Ya no son nada.
Sara Herrera. Jerez de la Frontera (Cádiz) España, 1980. Poeta de reflexiva y certera factura, actualmente reside en París. Ha publicado los poemarios La selva en que caí (Torremozas, 2007) y De ida y vuelta (Difácil, 2009). Ha recibido los premios Voces Nuevas (2007) y Martín García Ramos (2008). Su obra ha sido incluida en diversas antologías y revistas literarias, en ediciones impresas y digitales.
Contacto:
http://www.facebook.com/sara.herreraperalta
interesantes letras.
ResponderBorrargracias por pasasrte.
un fuerte saludos.
te leo
Me gustó mucho este post.
ResponderBorrarTiene una delicadeza muy trabajada.
Un abrazo
Hermoso post!!
ResponderBorrarHola Jorge! me pasé por tu blog. Curioso... Te leo. Gracias por tu amor por la escritura.
ResponderBorrarGuao!
ResponderBorrarescritora y bonita
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarMuy bonito post!!!te dejo un abrazo
ResponderBorrarUna poesía estrictamente cerebral y quizá por ahí el riesgo.
ResponderBorrarSaludos.
Siempre he creído en el poder de las palabras y acertar hacer una poesía como la de Sara hace q las palabras tomen mayor fuerza y dimensión. Enhorabuena.
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ResponderBorrarBella poeta y de verso inteligente y pulcro.
ResponderBorrarSaludos
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ResponderBorrarUna poeta retóricamente aceptable.
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ResponderBorrarMuy interesante...
ResponderBorrarAme este blog y los escritos que posee.
ResponderBorrarNos leemos.
Atte.
Una mujer bella, sensiblemente concreta para las palabras :)
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ResponderBorrarun placer pasar por este blog..me encontré con lecturas muy interesantes y expresivas..te invito a pasar por mi espacio cuando gustes.
ResponderBorrarun saludo!
Una poesía cerebral,pero no por ello menos intensa.
ResponderBorrarSaludos.
Un saludo. Te puse un enlace.
ResponderBorrarRegresaré.
Linda poeta y además con una poesía inteligente.
ResponderBorrarSaludos,Jorge
Muy guapa esta poeta y con mucho futuro en las palabras :)
ResponderBorrarPoeta,inteligente y guapa,
ResponderBorrarq más pedir!
Rolando Paz
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ResponderBorrarUN ENCANTO DE MUJER Y SUS VAGAS PALABRAS... DE ENORME CARISMA Y DELIRIO////
ResponderBorrarSALUDOS AFABLES!!!!
Te reencuentro con palabras de una poeta que admiro.
ResponderBorrarBello post.
Un saludo patagónico, de viento y sal.
Aunque el primer poema deja mucho q desear, con los otros dos se reinvindica.
ResponderBorrarSalud!
de verdad q son escritos maravillosos!
ResponderBorrarun beso
Tiene una fineza para escribir y una carita q es además otro lindo poema.
ResponderBorrar.realmente muy buenas creaciones.lo digo con verdad.
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ResponderBorrarTodo un arte inteligente para describir nuestros recovecos más intimos.
ResponderBorrarSaludos.
no me parecio tan profundo el primer poema....un poco soso carente de belleza! mmmmm
ResponderBorrarsaludos!
Poemas finos como la poeta
ResponderBorrar:)
P
E
P
E